‘SUMMORUM PONTIFICUM’ ES IRREVERSIBLE

Por Riposte Catholique.

 

Es el mensaje con el que podemos quedarnos de la excepcional peregrinación Summorum Pontificum, que acaba de desarrollarse en Roma, y de la que ya hemos compartido numerosas fotografías y vídeos. « Hoy podemos decir que la restauración litúrgica impulsada por Summorum Pontificum en la Iglesia es irreversible ». Esto decía el abad Claude Barthe, capellán de la peregrinación, en su discurso a Mons. Gänswein, Prefecto de la Casa Pontifical, pero también secretario del papa Benedicto XVI, quien vino a presidir las vísperas de la Exaltación de la Cruz, en la Iglesia de San Marcos, en plaza Venecia, la tarde del 14 de septiembre.

 

 

Summorum Pontificum irreversible: es la impresión que surgía del congreso que tuvo lugar el 14 de septiembre en el gran anfiteatro, lleno a reventar, de la Universidad Santo Tomás. El cardenal Müller fue aplaudido de manera interminable por los asistentes por haber sufrido la injusta destitución de su cargo como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Mons. Guido Pozzo, Secretario de la Comisión Ecclesia Dei, hizo un cuadro del crecimiento de los lugares de celebraciones  « extraordinarias » en el mundo en diez años, ya sea, con variantes regionales, un crecimiento de 50%.

El padre Jean Pateau, Abad de Fontgombault, después de haber descrito la historia litúrgica de su abadía, abogó por un acercamiento de los misales, pero a muy largo plazo. Propuesta que parecía comparable a aquella del Cardenal Sarah, en La Nef, de julio de 2017, la cual sin embargo, en su intervención en el coloquio, se defendió de haber abogado por un misal híbrido. En conclusión, evidentemente en respuesta a las afrentas que lo golpeaban, reafirma su adhesión a la reforma de la reforma: el regreso de los altares hacia el Señor, introducción del ofertorio tradicional en la forma ordinaria.

Muy aplaudido fue el novelista alemán Martin Mosebach quien, en una deslumbrante intervención, se mofa con un humor mordaz de los reformadores litúrgicos enemigos de la « repetición » y adeptos de la « noble simplicidad », para afirmar con fuerza que los dos ritos, el antiguo y el nuevo, eran de hecho irreconciliables. La conclusión del coloquio se dejó a Ettore Gotti Tedeschi, amigo de Benedicto XVI, antiguo Presidente de la Banca Vaticana, quien en un verdadero fuego de artificio de oratoria, hizo estallar de risa a los venerables cardenales y prelados jugando notablemente – apoyándose con argumentos provocadores – sobre las siglas NOM, Novus Ordo Missae / Nuevo Orden Mundial.

El viernes 15 de septiembre, un muy emotivo Viacrucis, « a la italiana », organizado por el Instituto del Buen Pastor (IBP), se desarrolló en la iglesia de Santa María en Campitelli, y luego por la tarde, una misa solemnísima celebrada por Mons. Gilles Wach, superior del Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote (ICRSS), en el templo dominico de Santa María sobre Minerva, el Cardenal Burke pronunció en este lugar una oración fúnebre a la memoria del Cardenal Carlo Caffarra muerto la semana anterior.

 

 

El difunto cardenal fue remplazado, el sábado 16, por Mons. Pozzo. Después de haber conducido la procesión de los peregrinos por las calles de Roma, desde la Iglesia Nueva hasta la Basílica de San Pedro – procesión de tal consideración que la policía pidió a ésta que las filas se estrecharan al máximo -, celebró de forma pontifical en la Basílica, en el altar de la Sede, ante dos cardenales (Burke y Brandmüller), tres obispos (Mons. Vigano, antiguo nuncio en los Estados Unidos, Mons. Laise y Mons. Croci), los padres Abades de Fontgombault y del Barroux, un puñado de prelados romanos, cerca de 400 clérigos y fieles en gran número.

Y el domingo 17 de septiembre, en la iglesia de la Sma. Trinidad de los Peregrinos, sede de la parroquia personal confiada a la Fraternidad Sacerdotal San Pedro (FSSP), donde no pudieron entrar todos los fieles, el P. Dominique-Marie de Saint-Laumer, superior de los Religiosos de San Vicente Ferrer, celebró una misa solemne de cierre en rito dominico, el P. Louis-Marie de Blignières hizo la predicación:

 

 « El rito latino tradicional subraya maravillosamente la verdad sobre Dios, sobre el hombre y sobre el sacrificio de Cristo. Pero la verdad lo que se vuelve sensible, ¿qué es, sino la belleza? »

 

Recordaremos un elemento litúrgico-artístico remarcable: una misa había sido especialmente compuesta para el pontifical en San Pedro por el joven y prometedor Maestro Aurelio Porfiri, que dirigió él mismo, la Misa Summorum Pontificum, sobre una música coral grandiosa, en una suerte de estilo barroco para el siglo XXI, con un Gloria y un Te Deum triunfales, eco de los esplendores musicales barrocos de la Contra Reforma que proclamaban lo irreversible de la restauración tridentina.

 

[Traducción de Dominus Est. Artículo original]

*permitida su reproducción mencionando a DominusEstBlog.wordpress.com