LA HEREJÍA DEL IRENISMO. La falsa paz y el falso ecumenismo

Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí”. Jn. 14, 6. Y añade el Señor: “Si vosotros me conocéis, conocéis también a mi Padre” … porque “nadie va al Padre sino por mí”.

Jn. 15, 23. “Qui me odit et Patrem meum odit (Quien me odia, odia a mi Padre)

La herejía del Irenismo es una de las tendencias modernistas que más daño ha causado a la Iglesia. El Irenismo es un movimiento que mediante la razón busca la conciliación y la paz. En principio puede verse bien sobre todo cuando impera el odio y la violencia, no obstante el Papa Pío XII, en la Encíclica «Humani Generis« en la polémica sobre el Modernismo, advertía en el «Irenismo» un peligro muy real.

La palabra viene del griego «Irene» = paz. El término viene de la propuesta de Erasmo de Róterdam de querer conciliar el catolicismo y el protestantismo.

 

IRENISMO = PACIFISMO = ERASMISMO = RELATIVISMO = PROGRESISMO = MODERNISMO.

Esta herejía tiene un afán excesivo de conciliar y de dialogo pero en detrimento de la fe. Destruye la identidad católica.

Hay en el «Irenismo» una búsqueda de consenso, de diálogo, de relativismo y de espíritu ecuménico, que hace que el Dogma de la Fe o las Verdades Fundamentales pasen a un 2º Plano, dejando las Convicciones y las Creencias Personales en 3º Plano.

El «Irenismo» con su mano tendida y apertura a «posiciones progresistas», no es amigo de poner «los puntos sobre las íes», ni de refutar falsedades/errores, ni de afirmar la verdad de la realidad. Esta mentalidad puede ser nociva al Bien Común porque con la apariencia de comprensión y reconciliación, disimula la verdad y autoriza el error.

Algunos ven en el «Irenismo» es un Humanismo Naturalista y otros un caballo de Troya.

Tanto el falso profeta como el anticristo serán irenistas, (pacifistas, conciliadores), ecologistas y ecumenistas.

El Concilio Vaticano II condenó el Irenismo en el número 11 del Decreto Unitatis Redintegratio diciendo:

 

«no hay nada tan ajeno al ecumenismo como ese falso Irenismo que daña la pureza de la doctrina católica y oscurece su sentido genuino y cierto».

 

Sin embargo en la práctica, el Irenismo es la herejía más difundida en la Jerarquía actualmente. Una herejía que va de la mano del Universalismo[1], creencia de que la mayoría, si no es que todas las personas se salvarán al final. Esto es directamente contrario a las propias palabras de Nuestro Señor en las que da fe, con tristeza, de que “muchos” están en el camino que conduce a la destrucción y “pocos” en el estrecho y difícil camino que conduce a la salvación (Ver Mateo 7, 14[2], Lucas 13, 23-30[3])

 

Universalismo

 

El Papa Pío XI definió como «ignominiosa» la colocación de la religión verdadera de Jesucristo «en el mismo nivel de las falsas religiones» (SS. Pío XI , Encíclica Quas Primas).


 

CARTA ENCÍCLICA QUAS PRIMAS

DEL SUMO PONTÍFICE PÍO XI SOBRE LA FIESTA DE CRISTO REY

 

En la primera encíclica, que al comenzar nuestro Pontificado enviamos a todos los obispos del orbe católico, analizábamos las causas supremas de las calamidades que veíamos abrumar y afligir al género humano.

Y en ella proclamamos Nos claramente no sólo que este cúmulo de males había invadido la tierra, porque la mayoría de los hombres se habían alejado de Jesucristo y de su ley santísima, así en su vida y costumbres como en la familia y en la gobernación del Estado, sino también que nunca resplandecería una esperanza cierta de paz verdadera entre los pueblos mientras los individuos y las naciones negasen y rechazasen el imperio de nuestro Salvador.

 

La «paz de Cristo en el reino de Cristo»

  1. Por lo cual, no sólo exhortamos entonces a buscar la paz de Cristo en el reino de Cristo, sino que, además, prometimos que para dicho fin haríamos todo cuanto posible nos fuese. En el reino de Cristo, dijimos: pues estábamos persuadidos de que no hay medio más eficaz para restablecer y vigorizar la paz que procurar la restauración del reinado de Jesucristo.
  2. Entre tanto, no dejó de infundirnos sólida, esperanza de tiempos mejores la favorable actitud de los pueblos hacia Cristo y su Iglesia, única que puede salvarlos; actitud nueva en unos, reavivada en otros, de donde podía colegirse que muchos que hasta entonces habían estado como desterrados del reino del Redentor, por haber despreciado su soberanía, se preparaban felizmente y hasta se daban prisa en volver a sus deberes de obediencia. Y todo cuanto ha acontecido en el transcurso del Año Santo, digno todo de perpetua memoria y recordación, ¿acaso no ha redundado en indecible honra y gloria del Fundador de la Iglesia, Señor y Rey Supremo?

 

Seguir leyendo la Encíclica completa AQUÍ

 

[Fuente de apoyo para este artículo: Aquí]

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REFERENCIAS:

[1] Universalismo. Corriente religiosa cristiana (Secta Liberal Protestante – encontrada principalmente en Norteamérica) que se caracteriza por creer en la salvación de todos los hombres en virtud de la bondad y el amor infinitos de Dios.

“El universalismo niega la existencia del infierno; el universalismo surgió hacia 1770 en Nueva Jersey”.

[2] Mt 7, 14. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosta la senda que lleva a la vida, y cuan pocos los que dan con ella!

[3] Lc 13, 23-30. Le dijo uno: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Él le dijo: Esforzaos a entrar por la puerta estrecha, porque os digo que muchos serán los que busquen entrar y no podrán;” una vez que el amo de casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo: Señor, ábrenos. Él os responderá: No sé de dónde sois. Entonces comenzaréis a decir: Hemos comido y bebido contigo y has enseñado en nuestras plazas. Él dirá: Os repito que no sé de dónde sois. Apartaos de mí todos, obradores de iniquidad. Allí habrá llanto y crujir de dientes, cuando viereis a Abraham, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, mientras vosotros sois arrojados fuera. Vendrán de Oriente y de Occidente, del Septentrión y del Mediodía, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios, y los últimos serán los primeros, y los primeros serán los últimos.

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