FORNICANDO EN DEFENSA PROPIA, «La Alegría del Amor». ¿Cuándo la fornicación no es realmente fornicación?

¿Recuerdan los buenos días pasados, cuando la teología moral católica en realidad estaba basada muy concretamente en normas morales objetivas? ¡Sorpresa! En nuestros días, si algo no es “gravemente deshonesto en un sentido subjetivo”… cuando fornicas con la misma persona bajo el mismo techo, se trata de una situación que se aparta del “planteamiento” de la norma y en realidad sería “honesta subjetivamente” y por lo tanto «no siempre debería contar como violación al precepto negativo en contra de la fornicación», ¿es así?

 

Por Jim Russell. CrisisMagazine.

 

¿Cuándo la fornicación no es realmente fornicación?

 

Bien, si los reportes son precisos, de acuerdo al Arzobispo Víctor Manuel Fernández, apodado por algunos como el “consejero teológico más cercano” del papa Francisco, si ante una pareja viviendo juntos sin casarse, sexualmente activa, dice que es “lícito preguntar” si tal actividad sexual “debería interrumpirse en todo momento, en su sentido integral, dentro del precepto negativo de ‘fornicación’”.

Iré a un extremo teológico moral sobre este punto – sí, Su Excelencia. Sí, tal actividad sexual debería interrumpirse de hecho en todo momento dentro del precepto negativo de “fornicación”.

Ah, pero no fui lo suficientemente paciente para escucharle completamente. Tiene más qué decir. El arzobispo basa su notable reclamo en otro también notable reclamo. Dice que “uno no puede sostener [que] esos actos en cada caso particular sean gravemente deshonestos en un sentido subjetivo”.

¿Recuerdan los buenos días pasados, cuando la teología moral católica en realidad estaba basada muy concretamente en normas morales objetivas? ¡Sorpresa! En nuestros días, si algo no es “gravemente deshonesto en un sentido subjetivo”, ¿por qué entonces supongo que el simple hecho observable de que ese mismo algo sigue siendo gravemente deshonesto en un sentido objetivo ya no es igual de importante?

Pero, un momento – ¿realmente no hay normas morales objetivas? Seguro que sí. Pero, de acuerdo con Fernández (de nuevo, si los reportes son precisos), hay un problema serio – no con las normas, sino con su planteamiento: “Es el planteamiento de la norma lo que no puede cubrir todo, no la norma en sí misma”, dice el arzobispo. Dice que una norma formulada es “incapaz de abordar toda y cada situación”.

 

¿Lo entienden?

 

Entonces, la fornicación siempre está mal como norma general. Pero, cuando fornicas con la misma persona bajo el mismo techo, se trata de una situación que se aparta del “planteamiento” de la norma y en realidad sería “honesta subjetivamente” y por lo tanto no siempre debería contar como violación al precepto negativo en contra de la fornicación.

 

image

 

Y aún no he llegado a decirles la mejor parte de todo esto – esto forma parte de la “defensa sistemática” del Arzobispo Fernández al problema de los pasajes de Amoris Laetitia, a quien muchos le atribuyen el crédito de haber ayudado con su borrador. Incluso alega que aquel infame pie de página 351 de Amoris Laetitia fue elaborado intencionalmente para que la Iglesia se haga pastoralmente más cercana a permitir que algunos católicos divorciados, pero sin nulidad y que intentan inválidamente otro matrimonio, reciban la Comunión sin tener que interrumpir relaciones sexuales.

De acuerdo, tal vez ni siquiera sea la mejor parte. Tal vez la mejor parte es aquella de la insistencia del arzobispo de que el papa Francisco dio a la Iglesia una “interpretación autorizada” de Comunión sacrílega emitida a través de su carta papal de agradeciendo a los obispos de Buenos Aires por sus directrices sobre esta cuestión(la cual permite discernir los casos en que a tales parejas se les permitiría recibir la Comunión). En esa carta, el propio papa Francisco declara que “no hay otra interpretación” fuera de la de estos obispos.

Pero pido diferir y ofrecer una interpretación diferente no autorizada de lo que el propio Fernández parece estar diciendo: Encuentro que sus declaraciones son, al pie de la letra, un sofisma falso y vulgar del mayor orden.

 

00000207-350x500

«Sáname con tu boca. El arte de besar». Mons. Víctor Manuel Fernández

 

Si hay algo de verdad en su declaración de que un pie de página en una exhortación apostólica post sinodal del papa tiene la intención deliberada de socavar “discretamente” la enseñanza actual y clara de la Iglesia, entonces ese pie de página debería ser ignorado, extirpado, o de otra manera eliminado del recuerdo consciente de los fieles católicos. Prueben todo – conserven lo que está bien.

Ya sé que no hay nada de verdad en la retorcida declaración que hace sobre la fornicación. Pero “de todos modos martillemos algunos clavos más en ese ataúd particular”.

Si la apreciación del arzobispo sobre la fornicación es correcta, entonces yo debería estar en posibilidad de fornicar en defensa propia.

De hecho, él mismo compara el matar en defensa propia y robar para alimentar al hambriento, como ejemplos de “excepciones” a otras normas absolutas. Pero he aquí el problema con la comparación de “en defensa propia” – en todo momento nos encontramos obligados por circunstancias a hacer algo que deriva en un efecto malo, este efecto malo se excusa por el hecho de que no tenemos opción, tal como en el caso de matar en defensa propia, o robar comida para evitar que la familia muera de hambre.

El ejemplo de la fornicación es completamente diferente. La preservación de la propia vida y el derecho al alimento, ambos son asuntos de justicia. Estos involucran valores que surgen de la inviolable dignidad de la persona humana.

La fornicación, por el contrario, involucra en sí misma uno de esos valores inviolables adheridos a la dignidad humana – la realidad de que las relaciones maritales están reservadas sólo para verdaderos matrimonios. No falsos matrimonios aprobados por el Estado. No cohabitación. Esta es una norma absoluta que no puede ser alterada, sin importar la “formulación” que se le pueda dar.

No existe un “derecho” a la actividad sexual, el cual deba ser salvaguardado o protegido como asunto de justicia. Y esto es obvio particularmente para quienes ¡ni siquiera están casados! Más bien, existe la responsabilidad de que una persona no casada tiene que evitar la fornicación por completo.

No solo no puede existir tal cosa como la noción ridícula de “fornicar en defensa propia”, sino que tampoco puede existir tal cosa como un reclamo a fornicar para no morir de hambre (como en la comparación con robar). Imaginen si estuviera permitido. La llamada “profesión más antigua del mundo” – la prostitución – sería moralmente permisible, en tanto que ésta sería una intento subjetivamente “honesto” para hacerse de un ingreso para vivir.

Hay en desarrollo una locura increíblemente aguda en la llamada “lógica” de estos reclamos. Mientras que la Iglesia ha enseñado claramente a través de su existencia que sólo aquello que es verdad es auténticamente pastoral, ahora nos enfrentamos a una perspectiva retorcida en la que se nos dice que el único camino verdaderamente pastoral pide que hagamos a un lado aquello que es verdad porque, si no lo hacemos (una vez más, de acuerdo al Arzobispo Fernández), estaremos atorados en una “trampa mortal” que “traiciona el corazón del Evangelio”.

La fornicación serial de las parejas amancebadas no merece el calificativo de honestidad “subjetiva”. Semejante reclamo – incluso por parte del clero- debe ser repudiado como algo contrario a la fe católica. El verdadero acompañamiento pastoral no significa, no puede, perder la realidad objetiva del pecado sólo porque aquellos que cometen este pecado no ven subjetivamente sus actos como gravemente deshonestos.

De manera similar, como fieles católicos, debemos rechazar con esmero y firmeza cualquier declaración de que algunas veces lo “mejor” que puede hacer una persona en situaciones vividas en concreto es, cometer pecado libre y deliberadamente. Llegar a esta conclusión significa robarle a la persona su más preciada libertad interior para hacer elecciones morales. La persona no debe ser menoscabada y deshumanizada, reducida a objeto, por semejantes razonamientos atormentados.

Todos lo hemos escuchado: Bueno, una persona que ha sido abandonada por su cónyuge tiene que encontrar una nueva pareja y ciertamente no puede esperarse que haga la elección moral correcta de permanecer fiel a las promesas hechas a un cónyuge, desaparecido hace mucho tiempo, a menos que, y hasta que, el matrimonio sea declarado nulo. No puede esperarse que los divorciados vueltos a casar [civilmente] desenreden el lío del “nuevo matrimonio” ahora que esta unión irregular ¡ha tenido hijos!

Al igual que el sin sentido de la fornicación en defensa propia, simplemente no existe ninguna manera de cometer “adulterio en defensa propia” – esto es, intentar de nuevo un matrimonio, después de la separación del legítimo cónyuge – justificable o con sentido.

Sin embargo, ahora esto es lo que sucede ante nuestros ojos. Clérigos colocados en altos puestos se están alejando de meses de ambigüedad respecto a Amoris Laetitiahaciendo ahora afirmaciones inequívocas sobre sus intenciones. Trágicamente para la Iglesia universal, estas declaraciones profundamente abruptas están siendo aclamadas por algunos como un auténtico “progreso”. Sin embargo, no puedo pensar en nada más regresivonada más irresponsable y dañino para las almas. Al igual que el concepto carente de sentido de fornicar en defensa propia, las afirmaciones de que la fornicación no es fornicación y que el adulterio no es adulterio no son de hecho ni siquiera pastorales. Más aún, tal “acompañamiento” de almas heridas sólo habrá de llevarlas muy lejos del reino de Dios, y no cerca de éste.

Con el debido respeto a los puntos de vista reportados del Arzobispo Fernández, aquí la “trampa mortal” es pretender que las cosas no son lo que realmente son. El camino a la vida, y la preservación del Evangelio, se encuentra únicamente en las verdades que nos debemos a nosotros mismos y a todos los demás.

La verdad es ineludible en última instancia. No podemos cambiarla con sofismas ingeniosos fingiendo ser acompañamiento pastoral. Podemos aprender la verdad ahora, o aprenderla después [Infierno].

Y aprenderla ahora, es de lejos más fácil.

 

 

[Traducción de Dominus EstArtículo original]

*permitida su reproducción mencionando a DominusEstBlog.wordpress.com

 

SOBRE EL AUTOR:

Jim Russell sirve como Director de Liturgia para la Parroquia de la Inmaculada Concepción en Dardenne Prairie, Missouri, E.E.U.U., la segunda parroquia más grande en la Arquidiócesis de San Luis. Apoya activamente la radio católica y la blogósfera católica. Sus intereses teológicos incluyen la santidad del matrimonio y el trabajo de Juan Pablo II, particularmente su “Catequesis sobre el Amor Humano” (Teología del Cuerpo).

 

ETIQUETAS: Amoris LaetitiaArchbishop Victor Fernandezdivorced and remarried,moral absolutesMoral TheologyPope Francis

 

REFERENCIA:

carta a obispos argentinos

Deja un comentario

Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com.

Subir ↑