ESTÁN EQUIVOCADOS QUIENES CRITICAN LA ‘CORRECCIÓN FILIAL’. HE AQUÍ POR QUÉ

Por Joseph Shaw. Latin Mass Society – La corrección filial publicada el pasado domingo ha atraído más apoyo  del que yo, como signatario, me había atrevido a esperar. Firmas adicionales de pastores y académicos han sido presentadas en la tabla; una petición en apoyo ha sido firmada por más de 10.000 personas y sigue contando; y ha sido ampliamente difundida tanto en la prensa secular como en la católica.

Ha habido una respuesta muy poco sustanciosa a la corrección de parte de aquellos que apoyan lo que critica. Aquí yo – a título personal – quiero mirar sucintamente tres de los intentos más serios de manejarlo. Esto se hace más fácil por el hecho de que todos ellos hacen esencialmente lo mismo: criticismo erróneo.

Primero, Stephen Walford escribe, característicamente:

Es difícil saber por dónde empezar: la hipocresía o las acusaciones risibles de herejía contra el Santo Padre. Iré por la hipocresía.

La hipocresía es el estado de aquellos cuyas creencias no corresponden con sus palabras, particularmente cuando desean que otros mantengan estándares en los cuales no creen. ¿Walford se imagina seriamente que los signatarios no son sinceros? ¿Cuál es su motivación, Sr. Walford, si no creen que sus afirmaciones son verdaderas? Es difícil evitar la conclusión de que Walford no cree realmente que los signatarios sean hipócritas; le gusta el sonido de la palabra. La acusación, de hecho, es  literalmente bastante hipócrita, ya que insinceramente acusa a otros de hacer acusaciones sinceras.

Cuando él se acerca a un argumento sustancial, es ese de una de las citas de Pastor Aeternus del Vaticano I, en un pie de nota de la Correctio, omite un poco, lo cual a él personalmente le gusta. Esto debe ser muy importante: todos sabemos ahora que los pasajes más importantes de un documento son las notas a pie de página. Este «poco» omitido es:

… la Sede de San Pedro permanece siempre inmaculada por cualquier error, de acuerdo con la promesa divina de nuestro Señor y Salvador.

¿Qué imagina Walford que significa este pasaje? Obviamente, se relaciona con la doctrina de la infalibilidad papal: «infalibilidad» significa simplemente «sin mancha por ningún error». Así que, ¿Pastor Aeternus quiere que pensemos, como Rex en Brideshead Revisited (filme), que cuando el Papa dice «está lloviendo» debe ser, aunque cuando miras por la ventana es evidente que no lo es? No, Pastor Aeternus es precisamente el documento que expone las circunstancias extremadamente limitadas en que se puede decir de las palabras de un Papa: «esa afirmación está protegida por el don de la infalibilidad».

¿Cubren estas circunstancias una carta privada del Papa, enviada a los obispos de Buenos Aires, que posteriormente se filtra a la prensa? ¿Incluyen un acuerdo del Papa, tal vez tácito, con la impresión de algo, digamos las directrices para la aplicación de Amoris Laetitia compuestas por los obispos de Malta, en el periódico del Vaticano? No, Sr. Walford, estos no son actos infalibles del oficio de la enseñanza petrina; no son actos del oficio de la enseñanza petrina en lo absoluto.

El error clave de Walford, es entonces, ignorar la afirmación central de la Correctio, y concentrarse en algo en que la Correctio se sale de su camino para no decirlo. La verdadera afirmación es: el Papa nos ha dejado pocas dudas sobre cómo quiere que entendamos y apliquemos Amoris, y este entendimiento es en última instancia incompatible con la Fe. Lo que a Walford le gustaría que dijera la Correctio es que Amoris es inequívocamente erróneo en sí mismo.

Algunos pasajes de Amoris, tal vez, apuntan en una dirección problemática, pero para mí, me encontraba listo para leerlos a la luz de la enseñanza precedente de la Iglesia – cualquiera que duda de esto puede leer las entradas de blog que compuse inmediatamente después de su publicación. Heck, incluso criticó a Steve Skojek por ello. Ahora soy yo quien es el idiota, junto con todos los demás que trataron de darle el beneficio de la duda. Sin embargo, lo que es clave aquí no es la redacción exacta de Amoris, sino la manera en que el Papa Francisco ha estado indicando, no magisterialmente, que debe ser comprendida.

Es el mismo error de Walford, el cual es repetido por Robert Fastiggi y Dawn Eden Goldstein. Han encontrado una discrepancia entre el texto oficial en latín y la traducción inglesa, y afirman que los autores de la Correctio se confundieron por esto. Bueno, eso es un punto potencialmente interesante, aunque de hecho los idiomas de muchos de los primeros signatarios son aquellos en los que, según Fastiggi y Goldstein, Amoris tiene una mejor traducción. Además, la diferencia que hay no parece hacer un cambio sustancial al significado del pasaje.

Sin embargo, no voy a entrar en todos los detalles porque es irrelevante. No es que estemos diciendo que el texto de Amoris no pueda ser doblado en algún tipo de ortodoxia. Lo que estamos diciendo es que ha quedado claro que la ortodoxia no es lo que el Papa Francisco quiere que encontremos allí.

Finalmente, está Jacob Wood. Gran parte de su artículo es preciso y útil. Lo que es menos es afirmar que la corrección causa escándalo. Debe ser obvio para cualquier persona que ama a la Iglesia que sería mucho más escandaloso si un papa favoreciese el error y todos los católicos fieles permanecieran en silencio. Difícilmente pienso que este punto necesite ser trabajado.

Pero su veredicto final sobre la Correctio parece ser éste:

Ninguno de los pasajes de Amoris Laetitia citados por la corrección niega explícitamente que una persona que, a sabiendas y voluntariamente, comete un mal grave se separa a sí misma de la gracia de Dios.

Haciendo la distinción necesaria entre el Papa proponiendo explícitamente la herejía y promoviéndola, Wood no considera los actos (personales) del Papa Francisco, muchos de ellos enumerados en la Correctio, que favorecen esta idea. Pero eso es lo que la Correctio es en última instancia.

Como se ha señalado, las respuestas sustantivas a la Correctio les falta, por mucho, sustancia. Hay una razón para esto, por supuesto. No sólo su caso es débil, sino que el mismo acto de involucrarse en argumentos detallados sobre las cuestiones sustantivas conduce a la discusión en una dirección en la que, al parecer, el Papa Francisco no quiere que se vaya. Podría haber aclarado la «confusión» en cualquier momento emitiendo una declaración magisterial, pero hay valor en la ambigüedad, ya que permite una variedad de interpretaciones, mientras que algunos todavía pueden reclamar – correctamente – que nada contrario a la fe ha sido formalmente promulgado. Como algunos de sus defensores quieren decir, un diálogo, respondiendo los dubia por ejemplo, sería una «trampa». En cierto sentido, cualquier aclaración sería una reafirmación de la primacía de la claridad teológica, el magisterio y las reglas.

Pero esa posición, de negarse a aclarar, se está desmoronando ahora. Ahora tenemos dos Cardenales, Müller y el Secretario de Estado, el Cardenal Parolin, llamando a un compromiso serio entre el Vaticano y críticos como los signatarios y los Cardenales de los dubia. Tal vez, tal vez, estamos llegando al final del juego.

Joseph Shaw,

Viernes 29 de septiembre de 2017

Reimpreso con permiso de la Latin Mass Society [LifeSiteNews]

 

[Traducción de Alejandro Valencia. Dominus Est. Artículo original]

*permitida su reproducción mencionando a DominusEstBlog.wordpress.com

 

 

2 respuestas a “ESTÁN EQUIVOCADOS QUIENES CRITICAN LA ‘CORRECCIÓN FILIAL’. HE AQUÍ POR QUÉ

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