Por Bradley Eli, M.Div., Ma.Th. ChurchMilitant. 29 de noviembre de 2017.
Juan 10, 16: “Y oirán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor”.
El falso ecumenismo, que busca la unidad pasando por alto la enseñanza católica, fue llamado Americanismo por el Papa León XIII y denunciado en el Concilio Vaticano II.
El verdadero ecumenismo es el intento de unir a todos los cristianos en doctrina, culto y autoridad, encontrados en su dimensión más completa sólo en la Iglesia católica. En Juan 10, 16; Cristo habló de esta labor: “Tengo otras ovejas que no son de este aprisco, y es preciso que Yo las traiga, y oirán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor”.
En su encíclica de 1899, Testem Benevolentiae Nostrae (en latín y en inglés), el Papa León XIII advirtió que tal unidad no se obtiene diluyendo o ignorando las verdades duras de las enseñanzas de Cristo. León XIII describió el error como Americanismo de esta manera:
A fin de atraer con mayor facilidad a quienes difieren de ella, la Iglesia debería… hacer algunas concesiones… no sólo respecto a modos de vida sino incluso respecto a doctrinas, las cuales pertenecen al Depósito de la Fe… Omitir ciertos puntos de su enseñanza que son de menor importancia y atenuar el significado que la Iglesia siempre les ha dado. [Error del Americanismo]
León XIII defendió la enseñanza de la Iglesia, diciendo que no debería ser alterada nunca para hacerla más aceptable a posibles conversos:
Está adaptada a todos los tiempos y a todas las naciones, tal como claramente se ve en las palabras de Nuestro Señor a Sus apóstoles: “id, pues, enseñad a todas las gentes… enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado. Yo estaré con vosotros siempre hasta la consumación del siglo” (Mt. 28, 19-20).
El instruido papa declaró posteriormente que la doctrina católica no debe ser ignorada:
Alejemos de la mente de cualquiera el suprimir por cualquier razón cualquier doctrina que haya sido pronunciada. Semejante política tendería más bien a separar a los católicos de la Iglesia en lugar de atraer a aquellos que difieren de ella. No hay nada más cercano a nuestro corazón que hacer volver al redil de Cristo a quienes están separados de éste, pero de ninguna manera distinta que el camino señalado por Cristo.
A menudo se culpa al Concilio Vaticano II de fomentar una falsa unidad a expensas de la doctrina. El decreto del concilio sobre el ecumenismo, Unitatis Redintegratio, enseña justo lo contrario. En su apartado No. 11 se lee:
Es totalmente necesario que se exponga con claridad toda la doctrina. Nada es tan ajeno al ecumenismo como el falso irenismo, que pretendiera desvirtuar la pureza de la doctrina católica y obscurecer su genuino y verdadero sentido.
La fe católica hay que exponerla al mismo tiempo con más profundidad y con más rectitud, para que tanto por la forma como por las palabras pueda ser cabalmente comprendida también por los hermanos separados.
[Traducción de Dominus Est. Artículo original]
*permitida su reproducción mencionando a DominusEstBlog.wordpress.com
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