BENEDICTO XVI: LOS PAPAS NO PUEDEN CAMBIAR LA LITURGIA ARBITRARIAMENTE

Por Bradley Eli, M.Div., Ma.Th. • ChurchMilitant.com • 12 de septiembre de 2017.

«Incluso la suprema autoridad en la Iglesia no puede cambiar la liturgia arbitrariamente».

A menos de un año de convertirse en el Papa Benedicto XVI, el Cardenal Joseph Ratzinger habló en contra de fabricar la liturgia, incluso si se hace bajo la autoridad papal.

Como fieles católicos hemos observado como la autoridad de Roma ha sido delegada a los obispos locales, que desean tener manos libres en cuanto a la elaboración de traducciones y adaptaciones litúrgicas, es útil recordar cómo el predecesor del Papa Francisco advirtió que la liturgia no es algo con lo que los Papas puedan jugar.

El año antes de ser electo Papa, el Cardenal Ratzinger revisó un libro sobre la liturgia titulado, El Desarrollo Orgánico de la Liturgia, en el que escribió:

«El autor (del libro) entonces estaba de acuerdo con el Catecismo de la Iglesia Católica (CCC) al enfatizar que incluso la autoridad suprema en la Iglesia no puede cambiar la liturgia arbitrariamente».

El Santo Papa estaba citando el Catecismo en el numeral 1125 refiriéndose al hecho de que «así como la Iglesia ora así es como ella cree», este párrafo dice: «Por esta razón, ningún rito sacramental puede ser modificado o manipulado a voluntad del ministro o de la comunidad, ni siquiera la suprema autoridad de la Iglesia no debe cambiar la liturgia arbitrariamente sino solo en obediencia a la fe y en el respeto religioso por el misterio de la liturgia”.

En su reseña del libro, el Cardenal Ratzinger, entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, explicó cómo el Papa está obligado por la verdad orgánica de la liturgia y debe usar su autoridad para proteger esa verdad:

El catecismo, al mencionar la limitación de los poderes de la autoridad suprema en la Iglesia con respecto a la reforma, recuerda cuál es la esencia de la primacía tal y como se esboza en los Concilios Vaticano I y II: El Papa no es un monarca absoluto cuya voluntad es la ley, sino que es el guardián del depósito de la fe y la auténtica tradición, por tanto, el principal garante de la obediencia. No puede hacer lo que le plazca y por lo tanto puede oponerse a aquellas personas que por su parte quieren hacer lo que se les ha venido a su cabeza. Su gobierno no es el del poder arbitrario, sino el de la obediencia en la fe. Por eso, con respecto a la liturgia, él tiene la tarea de un jardinero, no de un técnico que construye máquinas nuevas y lanza las viejas en la basura.

En su motu proprio reciente, Magnum Principium, el actual Santo Padre parece estar cediendo gran parte de su autoridad papal a los obispos locales en vez de usarla para su bien y el bien de la Iglesia.

 

[Traducción de Fabián González. Dominus Est. Artículo original]

*permitida su reproducción mencionando a DominusEstBlog.wordpress.com

 

 

 

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